Iniciar Sesión o Registrar
Para marcar un libro como favorito primero debe iniciar sesión
Quien primero lo vio fue una de las muchachas, que estaba asomada a la borda del yate, fumando, notando en sus bonitas piernas la caricia del sol. Al principio no supo distinguir qué era aquello que bajaba flotando en la corriente del Connecticut River. Y cuando comprendió lo que era, el cigarrillo escapó de sus deditos, y un grito brotó de sus labios. Un muchacho joven y atlético, muy bronceado, que estaba gobernando el yate aguas abajo, hacia el mar, la miró sobresaltado. —¿Qué ocurre, Ruth? —¡Un muerto…, un ahogado…! ¡Allí! Baja flotando…
Para marcar un libro como favorito primero debe iniciar sesión