Iniciar Sesión o Registrar
Para marcar un libro como favorito primero debe iniciar sesión
El hombre caminaba rápidamente por la acera, echando de cuando en cuando miradas aprensivas hacia atrás. Bill Muggs temía ser seguido. Era un hombre de aspecto más bien corriente y se confundía fácilmente con la multitud que pululaba por las aceras de la gran urbe. Nadie se fijaba en él. Cada cual caminaba a sus propios asuntos. Los de Muggs tenían poco de honestos. Abandonó la gran avenida y se metió por una calle transversal, en donde el tránsito y el bullicio eran menores. Muggs no se atrevía siquiera a tomar un taxi.
Para marcar un libro como favorito primero debe iniciar sesión