Iniciar Sesión o Registrar
Para marcar un libro como favorito primero debe iniciar sesión
El jeep cruzó toda la Base Militar Aeronaval de Portsmouth y fue a detenerse ante unas alambradas, que estaban siendo reparadas por algunos soldados. Los destrozos de los últimos bombardeos estaban bien visibles y, a derecha e izquierda, en grandes montones aún humeantes, se apilaban las ruinas de lo que pocas horas antes habían sido unos almacenes de material bélico. Del vehículo descendió el joven soldado que lo conducía, y aunque se cuadró militarmente tras abrir la portezuela posterior, con cierto aire desenvuelto comentó al oficial que descendía: —¿Se ha fijado, señor? Por aquí también les han atizado fuerte.
Para marcar un libro como favorito primero debe iniciar sesión