Arriba las manos
Fidel Prado
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Descripción
Sí, de Montana a California, o de Washington a Texas algún gracioso con no mucho amor a su pellejo quería darse el gusto de ver temblar de miedo durante varios instantes a hombres de los llamados de pelo en pecho, por su valentía muchas veces probada, no tenía más que ponerse a su espalda y gritar de repente con voz de timbro duro: «¡Arriba las manos!». Este grito helaba la sangre en las venas de los más audaces y temerarios porque en cientos de millas cuadradas del Oeste se sabía su trágico y fulgurante resultado si salía de una sola boca: la de Polly Sears, a quien algunos conocían también por «El Rayo». Pero solamente pronunciada por él podía surtir este efecto, ya que en cualquier otra boca podía significar un asomo de amenaza muchas veces posible de despreciar y aún de contrarrestar, pero nunca si salía de labios de Sears. ¿Por qué? Porque la voz popular le había proclamado el hombre más veloz y seguro de todo el Oeste, con un «Colt» en la mano.
ISBN: None
Año publicación: 1957
Categorías: Literatura
Lenguaje: Español
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