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Fui adolescente. Fui Anorexia. Fui… Desde ese “anoréxico” mundo interior escribí “Anorexia y Yo”. Ayunando, la subjetivé. La transformé en alguien, la transformé en Otro, en Otra que hoy no soy. La Anorexia podrá seguir existiendo, pero ya no tiene hospedaje en mí. Narrando en este libro la “anoréxica” percepción del mundo que tuve, mis sentimientos “flacos”, mis “delgadas” ideas y los “gordos” miedos de aquellas épocas, pude transformarme y empezar a existir de otro modo. Soy adulta. Soy Ayelén. Soy… Hoy las calorías son una forma de calor humano. ¡Me alimento, amo, sueño! Escribiendo “Anorexia y Yo” entendí que en la Vida no “somos” definitivamente y para siempre, sino que “vamos siendo”. Este testimonio es un ejemplo de cómo los seres humanos podemos ir del deseo de desaparecer “anoréxicamente”, a reaparecer con sueños, con optimismo, con proyectos, si estamos dispuestos a alimentarnos en el sentido más amplio de la palabra.